Becas, ayudas y equidad

Becas, ayudas y equidad

Las becas y ayudas son imprescindibles para garantizar la equidad del sistema educativo. Así como medidas relacionadas con la inversión social -salario mínimo, ayudas contra pobreza energética; viviendas sociales; sanidad gratuita, empleo de calidad, etc.- que acompañen a las socioeducativas.

Por cierto, el funcionamiento anómalo de los protocolos de acceso a las becas y ayudas, que obliga a las familias a adelantar el dinero, y la excesiva burocratización para acceder a otras ayudas sociales de vital importancia para las personas en situación de pobreza son un lastre para el sistema social que necesita una reforma urgente. No es menos problemático la opacidad, y la dispersión, de datos, que en ocasiones se convierten en una barrera a la medición del impacto y a la evaluación de las  políticas de infancia, entre las que destacan con nombre propio la educación. Ni el duro recorte en la inversión en becas y ayudas que son fundamentales para el ejercicio del derecho a la educación y para hablar de equidad educativa, inclusión y disfrute de derechos que, además, ha supuesto un mayor esfuerzo económico asumido por las familias ante la inhibición de las políticas públicas. Esto ha fracturado tanto el concepto de gratuidad como el de equidad.

Es necesario establecer el derecho subjetivo a las ayudas en educación obligatoria de modo que se garanticen a todos los niños y niñas en situación de pobreza los libros, el comedor y el transporte escolar, vivan donde vivan. La modificación de requisitos y plazos para que las becas estén ingresadas al principio del curso y las familias no tengan que adelantar los gastos. Así como las acciones informativas y de apoyo a la solicitud de beca para que las familias que más lo necesitan tengan información suficiente, clara, precisa y ajustada a los tiempos para que puedan solicitar las ayudas o becas a las que tengan derecho. E incorporar la información relevante, que se ha eliminado de los indicadores presupuestarios lo que hace difícil el seguimiento de los recursos destinados a becas como la cuantía media de las mismas, la comparación con años anteriores y el impacto social que tienen como elemento equilibrador de las diferencias sociales.